HEMORRAGIA


HEMORRAGIA

Es cualquier herida con gran salida de sangre de sus cauces habituales (los vasos sanguíneos). Existen varias formas de clasificar las heridas. Aquí se exponen las que mejor nos pueden ayudar a la hora de evaluar una hemorragia.  Tendiendo al tipo de vaso que se ha roto:
  • ARTERIAL. La sangre sale de una arteria, a impulsos y con un color rojo intenso. Muy peligrosas por la gran pérdida de sangre que presentan.
  • VENOSA. La sangre sale de una vena y lo hace de forma continua y con un color rojo oscuro.
  • CAPILAR. Las heridas más comunes y menos peligrosas. Son superficiales y con poca salida de sangre

 Los tres tipos de hemorragias que se pueden presentar en un herido son:

  • Hemorragias externas: la sangre sale al exterior a través de una herida. Comprimir directamente sobre el punto sangrante con gasas o apósitos limpios. Nunca retire el primer apósito. Si no cesa, ejercer más presión y como último recurso hacer torniquete.
  •  Hemorragias internas: se produce en el interior del organismo sin salir al exterior. No dar bebidas y aplicar bolsa de hielo local. Trasladar al herido acostado y abrigado.
  • Hemorragias exteriorizadas: la sangre sale al exterior a través de algún orificio natural. Dejar en reposo absoluto y no dar bebidas.



ACTUACIÓN ANTE HEMORRAGIAS EXTERNAS
Si te encuentras a una persona en esta situación, debes realizar las siguientes acciones según las recomendaciones del Consejo Europeo de Reanimación (ERC) y otras muchas instituciones (AHA, PHTLS, ACS, NICE...)  

PASOS A SEGUIR
Observa los signos y síntomas de la persona para evaluar su estado y analiza la herida para decidir el método de actuación: localización, extensión, profundidad, lesión de órganos, suciedad, mecanismo causante... Hay ciertas heridas que, aunque muy aparatosas, no causan gran pérdida de sangre para que corra peligro la vida como una epistaxis (hemorragia nasal), una brecha en el cráneo, heridas en la boca, un gran desgarro... Y otras que sí son graves aunque a veces no haya sangrado como una herida de bala, un cuchillo clavado (el cual nunca se debe retirar), una fractura abierta.

Durante todo el proceso, ante cualquier persona accidentada, se recomienda el uso de guantes de látex o nitrilo para evitar ensuciar las heridas y también para no entrar en contacto con la sangre y otros fluidos y así minimizar el riesgo de contagio de algunas enfermedades.

COMPRESIÓN DIRECTA

Coge gasas, un trapo o camiseta limpia, colócalo sobre la herida y presiona fuerte. Nunca retires ese apósito ya que sobre él se van formando coágulos que van taponando la herida y si lo quitamos volvemos a abrirla. Si se empapa mucho sigue poniendo más apósitos encima. Si es una herida muy grande puedes rellenarla con gasas y luego hacer la presión. Presiona al menos durante diez minutos con ambas manos. Si la hemorragia se controla puedes dejar de presionar y realizar un vendaje compresivo. 

Existen en el mercado productos especiales para tal fin mucho más eficientes. Hay vendas estériles hemostáticas que se van introduciendo en la herida y con tan solo 3 minutos de compresión es suficiente para cohibir la hemorragia y después colocas una venda de compresión. 

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Para heridas fuera de las extremidades esta es la única opción de control de la hemorragia ya que no se pueden hacer torniquetes. Tampoco se podrán hacer en las ingles y las axilas





CONDUCTA PAS
Protege la zona del accidente para que no haya riesgo para ti ni para el herido. Apaga la maquinaria que lo ha ocasionado; señaliza si estás en carretera; acudid a un lugar seguro en caso de tiroteo o ataque terrorista...
  • Alerta al 112 indicando lo que ha ocurrido y explicando el estado de los heridos.


  • Socorre a los heridos. Aplica primeros auxilios siempre y cuando no corra peligro tu vida y siempre sin empeorar la situación del herido con una mala actuación por tu parte. 

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